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Alteraciones mentales y otros trastornos que afectan la seguridad tras el volante


Un trastorno mental, ya sea por sí mismo o debido al tratamiento que requiere, ocasiona alteraciones en la percepción, las emociones, el procesamiento e integración de información, así como en las actividades psicomotoras. Además, también puede aumentar el riesgo de desarrollar otras enfermedades o de sufrir lesiones.

Por lo anterior, se estima que aquellos conductores que padecen condiciones psiquiátricas tienen entre 2.5 y 8 veces más probabilidades de verse involucrados en un accidente de tránsito, que quienes no las padecen.

Cuidar de la salud mental y tomar precauciones para no correr riesgos al volante es primordial. Por eso en este artículo revisaremos los padecimientos mentales más comunes que pueden afectar tu seguridad tras el volante y lo que podemos hacer ante cada circunstancia.


Depresión

La Organización Mundial de la Salud (OMS), calcula que alrededor de 450 millones de personas en el mundo padecen algún problema de salud mental que dificulta sus quehaceres cotidianos, y la depresión es el más común de ellos. En nuestro país, la depresión es el tercer trastorno mental más común, después del alcoholismo y las fobias específicas.

La depresión se manifiesta de diversas maneras, pero las más usuales son un estado de ánimo decaído, aletargamiento prolongado, alteraciones del sueño, baja capacidad de concentración y una disminución notable en el rendimiento cognitivo. Una persona bajo tratamiento con antidepresivos puede manejar sin problemas, pero es necesario asegurarse de que los fármacos no provoquen efectos que alteren la capacidad de conducción (por ejemplo, somnolencia, vértigos o mareos). Cuando una persona comienza esta clase de tratamientos, tiene la instrucción de no operar maquinaria pesada durante las primeras semanas con el fin de adaptarse a sus efectos. El mismo consejo es válido para la conducción de vehículos.



Ansiedad

La ansiedad es una reacción al estrés. Como lo indica la Asociación Psiquiátrica Mexicana, en su expresión más tenue puede ser beneficiosa, ya que nos permite estar alerta ante un peligro inminente. Sin embargo, cuando el nivel de ansiedad se traduce en un miedo excesivo, puede llegar a ser una condición paralizante.

Los trastornos de ansiedad son bastante comunes entre la población adulta, ya que alrededor de 30% de las personas en edad para conducir los padecen en algún momento de sus vidas. Por fortuna, la mayoría de las veces son tratables, y quienes reciben tratamiento pueden llevar una vida productiva.


En el espectro de los trastornos de ansiedad, hay uno específico que se relaciona con el miedo a conducir: la amaxofobia. Este padecimiento se suele asociar con los conductores novatos. Sin embargo, la evidencia científica dice lo contrario: un estudio llevado a cabo en 2018 por Francisco Ruiz Cabello, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Córdoba, España, mostró que el rango de edad en el que las personas tienen un mayor riesgo de padecer amaxofobia es el que va de los 35 a los 40 años. En cambio, los más jóvenes, junto con los conductores mayores de 55 años, son quienes mostraron menos miedo a manejar un vehículo.

De acuerdo con el mismo estudio, esto se debe a que en el desarrollo de este padecimiento intervienen diversos factores. Los más significativos son haber sufrido un accidente anterior y manifestar un trastorno psicopatológico correlacionado.



Demencia

Las afecciones que pueden provocar demencia son diversas: una lesión cerebral, el mal de Parkinson, esclerosis múltiple, tumores cerebrales, entre otras. De todas ellas, el mal de Alzheimer es el más común. Esta enfermedad degenerativa provoca alteraciones en la memoria, la conducta y el pensamiento. Aunque no hace distinción de edad, la mayoría de las personas que lo padecen son adultos mayores. El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México, estima que 47% de los adultos mayores de 85 años sufren Alzheimer, y que anualmente mueren en el país 2,000 personas a causa de esta enfermedad.

Puesto que, lamentablemente, aún no se ha desarrollado una cura para frenar el deterioro mental provocado por el Alzheimer, es importante prestar atención a los siguientes signos, que indican que una persona afectada ya no es apta para tomar el volante:


Por desgracia, muchas personas que atraviesan etapas avanzadas de esta enfermedad se obstinan en realizar actividades que pueden ponerlas en peligro. En algunos casos, será necesario que sus familiares tomen medidas drásticas para que su ser querido no use el automóvil, como esconder las llaves o estacionar el auto lejos del hogar.



Déficit de atención e hiperactividad

Éste es uno de los problemas de salud pública más frecuentes y mejor estudiados. Los primeros síntomas se manifiestan generalmente a los cinco años de edad, pero se diagnostican entre los siete y los diez años. Entre ellos se cuentan distracciones severas, descuidos, incapacidad para mantener la atención en lo que dicen los demás, desorganización y verborrea. La UNAM calcula que entre 5 y 7% de la población infantil presenta este padecimiento, es ligeramente más frecuente en varones y la mitad de los infantes diagnosticados aún presentan síntomas en la edad adulta.

Un estudio publicado en 2019 por la revista Transportation Research advierte que el TDAH puede asociarse con una mayor percepción visual y un mejor desempeño del sentido espacial, pero también con más accidentes e infracciones de tránsito. Esto se debe a que los conductores con este trastorno son propensos a adoptar conductas de riesgo, lo cual los lleva a obviar las normas de tráfico y a involucrarse en más accidentes.


Por fortuna, el TDAH puede ser tratado con medicación. Éstos son algunos consejos que la Dirección General de Tránsito española da para conductores diagnosticados con este problema:



La salud mental

Un estudio de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión reveló que, en México, 17 % de la población presenta al menos un trastorno mental, y que la cuarta parte de los mexicanos padecerá alguno al menos una vez en su vida. Pero lo más preocupante de esta situación es que hoy en día sólo una de cada cinco personas recibe tratamiento.

Padecer un trastorno mental no impide conducir un vehículo, pero recomendamos que esta decisión sea respaldada por el médico tratante y, en la medida de lo posible, cumpla con las siguientes condiciones:


Como vemos, es muy importante estar atentos a nuestro estado de salud mental, ya que evitar riesgos redunda en nuestro bien, el de nuestros seres queridos y el de las personas que nos rodean.






Fuentes:

https://sid-inico.usal.es/idocs/F8/ART11353/enfermedad_mental_seguridad_vial.pdf

https://www.foroconsultivo.org.mx/INCyTU/documentos/Completa/INCYTU_18-007.pdf

https://www.cndh.org.mx/noticia/dia-mundial-de-la-salud-mental-oms

https://revista.dgt.es/es/salud-vial/2012/conduccion-y-depresion.shtml

https://comunicalasaludmental.org/guiadeestilo/la-salud-mental-en-cifras/

https://psiquiatrasapm.org.mx/trastorno-de-ansiedad/

https://www.scielo.cl/scielo.php

http://www.innn.salud.gob.mx/interna/medica/padecimientos/alzheimer.html

https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia

http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/infografias/tdah

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1369847819302797

https://revista.dgt.es/es/salud-vial/2014/0529hiperactivo.shtml